domingo, 13 de diciembre de 2015

ESPERANZA DE VIDA...

En las últimas semanas me he encontrado nuevamente con él. Siempre viene a verme cuando necesita darme o decirme algo. Esta vez viene a pedirlo. No importa. Jamás pide y esta vez pide con razón.

Cuando le veo pienso en que hay algo que hace maravillosos a los negros rostros del África Subsahariana. Su sonrisa y sus ojos brillan como no lo harán nunca los rostros blancos. Su mirada y su sonrisa me iluminan.

E. es oficialmente y legalmente "Solicitante de Asilo", sí de esos que hace unos meses se han puesto de moda. Existían antes del verano y seguirán existiendo después cuando ya les hayamos olvidado en el telediario, porque sus solicitudes dependen de lo que allí les pasa y no de lo que aquí "concedemos". 

Pero el caso de E. es atípico. E. solicitó asilo de forma sobrevenida, después de muchos años en nuestro país. Le conocí hace dos años, cuando ya lo había pedido, así que nada tengo que ver en ello. Sus razones también son atípicas y la experiencia me dice que es más que probable que nunca le sea reconocido el estatuto de Refugiado aunque quizás sí la protección subsidiaria. 

Tras dos años renovando fielmente esa solicitud cada seis meses como manda el marco legal, aquí sigue, en situación de estancia legal. Más, mucho tiempo más de lo que inicialmente cabía esperar...Lo "habitual" sería que ya le hubieran dicho que de eso nada....

Le pregunté la última vez, más bien por curiosidad  ¿Cuándo solicitaste asilo... esperabas que te lo concedieran? ...No, me contestó....Tampoco esperaba entonces, seguir vivo a estas alturas. Y sonrió. No me importaba el futuro, porque no lo tenía...

Y base tiene, porque también tiene al menos una enfermedad que se suponía debía haberlo matado...pero ahí sigue. Vivo. Sonriendo. Tomando decisiones como si una vida larga le esperara.

E., con su actitud, hace crecer cada día su esperanza de vida. Lo hace con cada paso que da. Y yo celebro conocerle porque al hacerlo, os prometo que también crece en mi la esperanza...en la vida.

 

martes, 8 de diciembre de 2015

DEFENDER LA ALEGRIA

Estoy alegre.

Llevo días sintiendo y, sobretodo pensando alegrías, pequeñas alegrías.

Llevo meses sin escribir pero llevo días pensando en hacerlo. En escribir para celebrar la alegría.

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Hace días, al llegar a casa, cuando se abrieron las puertas del ascensor, la navidad nos golpeó en la cara. A H. que venía conmigo y a mi, nos dio un ataque de risa. Era otra vez ella. Ella que no sé como se llama pero es mi vecina desde hace unos pocos años. Ella, la misma que llenó nuestro largo y anodino pasillo de hermosas plantas, y con eso le dio una calidez de la que soy consciente cuando subo al resto de pisos y los veo vacíos. Ella que nunca deja de sonreír. Ella que habla con una dulzura enorme. Sí, ella lo había vuelto a hacer....había llenado nuestro pasillo de adornos de Navidad. 

Nada más abrir la puerta del ascensor...un belén, guirnaldas, colgantes con motivos navideños en cada ventana del patio interior.... Una exageración, incluso algo de mal gusto por lo recargado, pero ciertamente una exageración llena de vida. Y de alegría.

Cuando llegué a esta casa hace más de una década, ella no vivía aquí. Vivía él, con otra, que intuyo le hizo sufrir. A él le vi poco en esa época, lo suficiente para verle adelgazar, entristecer y desaparecer. La que fue su pareja se quedó en el piso. A los dos o tres años él volvió y entonces la que conocí como su pareja, desapareció. A ella, intuyo, le dolió menos la separación. Y no digo más porque no lo sé. Sólo se que me alegró verle volver a él porque parecía un buen chico y ella no lo parecía tanto. 

Llegó, volvió a ser él, a sonreír. Y a su lado apareció mi actual vecina, dulce, sonriente, con sus perritas mellizas, que siempre nos saludan al llegar a casa. Ella que lo llenó de vida. A él, a nuestro pasillo, a nuestra navidad. Ella que rompe mis moldes con su delicadeza en el trato, sus horarios a destiempo ¿enfermera?, con sus atuendos de motera o sus abrigos talle largo, sus tacones o sus atuendos de runner. Ella, que sea lo que sea, siempre nos hace sonreír.

Que importante es rodearte de aquellos que te aportan alegrías. Que importante es tenerlas y, sobretodo, saber verlas.

Diciembre de por sí me supone alegrías, las alegrías propias de las celebraciones vitales, que no navideñas, aunque también. Diciembre celebra el inicio de un proceso migratorio que ha llenado mi vida de oportunidades y aprendizajes, que me ha convertido en una persona con la que me siento a gusto. Me gusta recordar esa fecha tan llena de simbolismos nacionales. Yo tenía que haber llegado en Noviembre pero un intento de golpe de estado en mi patria de origen demoró el viaje. Y llega Diciembre y con él, el cumpleaños de H., mi niña bonita que va haciéndose mujer. H. que cada día me supone más alegrías. Diciembre es para mi un mes de comienzos y no solo de finales.


Pero es verdad que andamos vital y laboralmente corriendo para "cerrar" el año adecuadamente y yo llevo días con un ojo en este presente y otro en el futuro que nos llega, tratando de no perder en esa disparidad de miradas, el paso y el ritmo que nos permita seguir avanzando. Escucho, descifro, intuyo, anticipo...

No es fácil sincronizar y acompasar emociones. Menos, hacerlo en medio de tantas urgencias e intensidades, en medio de tanto desaliento colectivo. Pero, es verdad, que si sabemos mirar, si sabemos rodearnos bien, quizás estemos mejor preparados para resistir los embates, y estoy segura que las cosas se nos harán un poco menos cuesta arriba. 

Siento mucho desencanto por muchas cosas que me rodean, podría regodearme en ello...pero salgo al pasillo y mi vecina me alegra el día con su exagerada navidad. Voy a una reunión a la que no quiero ir y soy consciente de todas las cosas buenas que en ella recibo. Me regalo unos días de buena y elegida compañía, esa que me arropa y me hace sonreír. Simplemente duermo más y como mejor. Por unos días me obligo a pocos horarios y esas cosas sencillas me recuerdan lo facil que resulta a veces proveerse de pequeñas dosis de bienestar y alegría.

...y entonces la vida me regala una alegría inmensa, que no es mía, sino de otros que la han luchado y que merecen disfrutarla. Y estoy alegre sí, mucho. Y dure lo que dure quiero ser consciente de ella y disfrutarla en cada poro. Ya vendrán tiempos peores, sí. Y entonces seguiremos resistiendo al desaliento. Como ahora.

Yo también elijo y pienso, como recitaba en sus noches de desaliento alguien inmenso, "soy el amo de mi destino"... y sobretodo, "...soy el capitán de mi alma".




lunes, 3 de agosto de 2015

ELLA

Literalmente no fue ella quien la colocó en mis brazos. Pero yo sí siento ese hilo que desde sus brazos la llevo a los mios.

Hoy hace ocho años que abracé a mi hija por primera vez. Pienso a veces en aquel día, pero cuando esos recuerdos llegan el día del aniversario, pienso más en ella. En su madre etíope. En su madre que lo es, y que al mismo tiempo no pudo serlo.

Pensarla me hace evocar hoy el día de mi cumpleaños. Al salir al cole el amanecer parecía de cuentos. H. emocionada me dice Mira mamá!!! parece que ahí está Dios!!. Le dije, es mi cumpleaños, desde el cielo me están regalando este hermoso amanecer...

Seguro son los abuelos que de esta forma te dicen Feliz Cumpleaños. Contestó. Y también estará mi madre etíope para felicitarte.


La miro y sonrío. ¿Cómo si no?.


Los padres adoptivos tenemos que trabajar nuestro propio vínculo con la familia de origen de nuestros hijos porque al hacerlo -y no es casi nunca una tarea fácil- estamos enseñando a nuestros hijos a integrar esas dos realidades que de alguna forma dan continuidad y fluidez a la historia de vida que les acompaña.


La búsqueda de los orígenes, esos pasos que una persona adoptada o su familia adoptiva emprenden para retomar contacto con su pasado pre-adoptivo son un pilar importante sobre en el que se asentará la base de su identidad personal, de su satisfacción personal. De su felicidad.

A veces sólo se desea tener certezas sobre la identidad de los padres biológicos, otras más bien se desea (y a veces únicamente) obtener informaciones generales sobre el pasado y sus referentes (a veces sin necesidad de identificar a una persona en concreto). Saber sobre las circunstancias, decisiones y azares que les han llevado de una familia a la otra.

Siguen sin ser mayoría las familias en las que el origen, los orígenes de la vida de sus hijos o hijas y sus circunstancias inmediatamente posteriores, son abordados con naturalidad, ayudando a poner palabras a lo que se conoce o a lo que se intuye que pudo haber pasado, incluso a lo desconocido, para permitir completar el puzzle, construir la historia, y si fuera el caso, acompañar en el dolor, siempre sumando afectos que son los que posibilitan la sanación. 

Se fantasea con la idea de que las heridas sanan si no se tocan, olvidando que a veces esas heridas, si no se limpian y curan, explorándolas, pueden dar origen a una infección. Es decir, a un daño mayor. No es fácil curar heridas pero seguro que todos coincidimos en que no por difícil es recomendable dejar de hacerlo


Me alegra que podamos nombrar a la madre de H. que ella pueda entenderla (a fecha de hoy) como un personaje integrado en la narrativa de nuestras vidas. Que imagine que me regala cosas, que me pida que le cuente historias de lo que yo creo o se que pasó. 

Hablamos a veces, sí. No siempre lo hacemos en el mismo tono afectivo pero me siento segura al acompañarla en su dolor, que muchas veces se vuelve mio; sin miedo a la historia que dio origen a "nuestra" historia. Me alegro de sonreirle a lo que sabemos y de ser prudentes con lo que desconocemos. Me alegra caminar despacio aprendiendo del camino.

El amor es para mi un sentimiento incondicional. Y amo todo lo que eres pero también todo lo que eras antes de que llegaras a mi. Le tengo un profundo respeto. Y también una enorme gratitud. 

Nadie dijo que fuera fácil pero estoy segura de que vale la pena.

 



viernes, 31 de julio de 2015

NACER MUJER

En estos días sin obligaciones ni horarios vitales me he dedicado, entre otras cosas, a ver películas. Es una de las cosas que más hacía y he dejado de hacer con la maternidad... porque no me sobra el tiempo y porque, aunque lo intento, el cansancio me vence y me quedo dormida apenas me relajo en silencio. Así, cuando aparece la oportunidad, incluso a veces la buena compañía, yo me dejo llevar por las otras historias y las otras vidas que tanto me hacen sentir y pensar, disfrutando de ese eco que resuena en mi interior, casi siempre moviendome de mi zona de confort. 


Dos de las películas que he visto estos días me hablan de lo que significa ser mujer en otros lugares del mundo. Desde la mirada de dos niñas que pronto dejaran de serlo. En todos los sentidos. 

 














Recibí emocionada la noticia de la asignación de mi hija. Mentiría si dijera que no prefería una niña aunque creo que hubiera querido con igual intensidad al niño que me hubieran asignado. Una niña, en medio de tantos niños (en la familia abundan los chicos), es una alegría que se duplica, incluso se multiplica. Celebramos su llegada y, además, su género.

Nacida mujer. Que alegría!. Mucho que celebrar y mucho aún por lo que luchar.

Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe - See more at: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/planeta_futuro/1412954575_928101.html#sthash.7p2JqCaE.dpufLa adopción vista desde el antes, pero sobretodo desde el después, tiene muchos claroscuros que cada uno de nosotros gestiona desde donde puede y sabe. Desde donde se responabiliza

A veces, entre mis claroscuros adoptivos, me asalta esa ligera culpa de haberla privado de lo que supone el crecer entre los suyos, con sus raíces, con la capacidad de reconocerse en el espejo del otro que tiene en frente.... Pero entonces leo, escucho, pienso. Medito y pongo en la balanza y me matizo porque soy consciente de quizás haberla salvaguardado de otras circunstancias...

Ser mujer o ser hombre implica unos retos específicos ligados a tu género y al rol asociado a él según tu cultura....Y a veces son tremendos...

"Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... "...y podemos seguir.  Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe “Estado Mundial de las Niñas 2014” que se puede consultar aquí
Cada tres segundos una niña en el mundo es obligada a casarse antes de haber cumplido los 18, la de edad en que se las considera adultas, según la Convención de los Derechos del Niño. Casi una de cada cuatro adolescentes de entre 15 y 19 años del planeta —70 millones— han sido víctimas de violencia física; cada diez minutos, muere una por ello. En los países en desarrollo, la principal causa de fallecimiento de chicas son las complicaciones derivadas del embarazo y el parto: 50.000 pierden la vida cada año. Unos 140 millones de pequeñas y mujeres han sufrido mutilación genital femenina, un número que aumenta en dos millones cada año... Todos estos datos son solo un puñado de los muchos recogidos en el informe - See more at: http://elpais.com/elpais/2014/10/10/planeta_futuro/1412954575_928101.html#sthash.7p2JqCaE.dpuf



Tremendo.

Celebro ser mujer y la celebro a ella. Es fácil hacerlo estando en este lado del mundo pero no me salva de sentir el dolor de otras mujeres, en muchas partes del mundo donde nacer mujer es una tragedia; ni me hace menos consciente de que aquí, en este lado del susodicho mundo, también queda mucho por hacer...



domingo, 19 de julio de 2015

AGENDA

Me sé el número de teléfono de la casa de mis padres y el de la mía, dudando a veces, porque ese lo uso poco.

Podría reconocer con dudas alguno más...hasta allí llego.

Me sé mi teléfono móvil y ninguno más. Tendré que aprenderme el de H. cuando lo tenga y espero tardar un poco en dárselo.

Si pierdo la agenda de teléfonos, mi escasa memoria me dejará incomunicada. Por suerte, hoy en día hay otros medios y otras habilidades para poder recuperar los números, pero seguramente serán sólo aquellos que hayan sobrevivido el paso del tiempo. Recuperaré los que tenga en el móvil.

Mi agenda de teléfonos en papel tiene más de veinte años...Y a veces, cuando la veo, cuando recurro a ella, sonrío. No es una agenda es simplemente un cuadernillo de papel reciclado, de hojas muy finas, algunas ya sueltas. En ellas he ido apuntando números de teléfono y direcciones de veinte años de vida...que digo veinte, deben ser treinta o cuarenta porque cuando la empecé...hace veinte, ya apunté los acumulados en años previos.



Recuerdo aquellas tardes en tu compañía, en aquel piso sin muebles que parecía un chollo*. Nuevo, bien situado, a estrenar pero... sin muebles. Ninguno de los tres los necesitó. Con lo que teníamos sobrevivimos aquel año. Uno de los más importantes de mi vida. Aquella vida contigo, aquellas charlas, se convirteron en un acicate para cambiar la mia. A mejor. Y también la tuya. Por eso seguimos aquí juntos, aunque separados.

Pues sí, recuerdo aquellas tardes, cortando las esquinas del cuadernillo con un cúter para poder identificar las letras, escribiendo en verde y rojo; nombres, teléfonos, direcciones (de aquellas escribir cartas y postales, aún era un placer que me permitía). Cada cierto tiempo pienso que debo cambiarla, actualizarla, pero casi nunca empiezo. Bueno sí empiezo, pero no termino...

Hace unos años hice el mejor de los intentos. Organicé el primer paso: tachar las que no tendría que pasar, aquellas que no eran actuales, aquellos con los que ya no tendría contacto, aquellos -algunos- que ni siquiera reconocía quienes eran!!!. Terminé agotada y con dolor de corazón; decidida a no desprenderme nunca de mi vieja agenda que contenía tanta vida...tantos recuerdos...tanta gente que fue, es y algunos seguirán siendo, tremendamente significativos...

Una agenda que atesora afectos en tres continentes, veinte países, casi un centenar de ciudades. Ciudades que tienen rostros, vidas compartidas, recuerdos permanentes o fugaces pero vida al fin y al cabo. Me cuesta "hacer limpieza de números". Cada vez que lo intento, con cada nombre, aparece un recuerdo. La mente y el corazón se van de paseo a revivir y yo, siempre dada a la ensoñación, me emociono pensando en esos compañeros de viaje y en toda esa vida. Que suerte tengo.


Me pregunto ahora... a mi ¿quién podrá seguirme la pista?...me faltan algunos años para cumplir cincuenta...he tenido nueve hogares y uno más de préstamo (el familiar, al que siempre se puede volver). No sé cuántos números de teléfono fijo porque creo que no tuve en todas las casas en las que he vivido (qué memoria desdibujada la mía), y sólo dos móviles, uno laboral (cuando trabajé en cooperación) y el actual...ese otro que, como mi agenda, atesora teléfonos que no me sé. Por suerte, sigo recordando quienes son todos los que están allí.

Y que la vida me dan. Aunque no les llame nunca. No me gusta hablar por teléfono. Me gusta escribir. Aunque ya no escribo cartas, otra asignatura pendiente. Las redes sociales que nos han hecho mucho bien pero también han traído algunos males....

* Según la RAE "Cosa apreciable que se adquiere a poca costa"



sábado, 18 de julio de 2015

DE PARTO

S. ha sido madre por primera vez hace unos días. Pregunté por ella, que había tenido un embarazo tan radiante. Está bien, feliz, con su pequeño que es un santo, pero está cansada. Han sido veinte horas de parto.

En estos días recuerdo el mio. Duró casi un mes, el parto, digo. Que el embarazo administrativo duró algo más de año y medio. Mi parto es el mes que pasó entre ver la foto de la niña que me habían asignado, confirmar con todos los datos disponibles que quería ser su madre, que un juicio ratificara en una sentencia que todos estaban de acuerdo con esa decisión, ir a su encuentro y abrazarla por primera vez. Un parto.

En ese largo mes mi vida cambio para siempre. Y cada día soy más consciente de ello.

Buena parte de ese mes, que ocupa buena parte del mes de julio y los primeros días de agosto; en los últimos años lo he pasado sola pues H. está de campamento. Tengo mucho tiempo para pensar en él, sin ruido y sin obligaciones, sin horarios, con trasnochos, voces adultas, mucho cine, comidas a deshoras, caminatas, improvisando (y cada día más...). Pienso en ella claro está, pero desde la certeza de su felicidad, me dedico a recrearme en una vida solo mía para bien y para mal.

De aquel mes recuerdo la indescriptible emoción de su llegada. De su llegada con nombre y apellido. Con ese nombre precioso, sencillo, pronunciable, ante el que caí rendida sin importar los planes previos. De su celebrada llegada "es una niña", sabiendo que de haber sido niño lo quería con la misma fuerza. Recuerdo los amores con P. ajeno a toda esta historia y que sin embargo cobijó con sus brazos y su sonrisa mis horas de espera para hacerlas cortas, redescubriendo con él que finalmente las noches tenían mañanas que les seguían y que también eran mías. 

Recuerdo las llamadas, las cartas, los apoyos,...ese movimiento de afecto colectivo que me daba unas fuerzas extraordinarias para emprender ese viaje emocional que no tiene un viaje de vuelta, en el que siempre se va hacia adelante. Recuerdo la organización de los detalles del viaje y te recuerdo a ti, ahora recién estrenado como padre, acompañandome como siempre, "en la salud y en la enfermedad. En la riqueza y en la pobreza".... En la valentía y en los temores. 

Y la recuerdo a ella, desde la primera foto, ajena a mi. De gesto serio, mirada triste pero intensa...y recuerdo la siguiente, con la sonrisa más perfecta que había visto nunca, mientras se acercaba sonriente extendiendo sus brazos. Amor 1-Miedo 0. Empezamos bien.


Recuerdo ese mes y pienso en este. Pienso en P. y extraño las cosas dulces que vivimos, en ese y otros veranos siguientes. Y pienso en ti mientras te veo convertirte en mujer. Mientras veo esa enorme sonrisa de la que eres dueña, brillar y aparecer en cada una de las fotos de las ultimas semanas. Te veo crecer a pasos agigantados. Lo haces por fuera, y es justo decir, que también por dentro. Creces, como vives. Corriendo.Y yo trato de seguirte.

¿Para qué servirán un parto de veinte horas y un embarazo de tantos años?...entre otras cosas para reafirmar el amor. Porque cuando tienes a tu hijo delante (también creo que pasa con los sobrinos :-)...) la vida se relativiza, se redimensiona, se transforma o se vuelve del revés como dice mi otra amiga S. que también ha celebrado en estos días su maternidad adoptiva. Sirve para saber que vas a estar allí para siempre. Aunque a veces la vida te enseñe que puede que no sea así para todo el mundo.

En estos días, en este mes, el telediario -y mi vida- están llenos de madres. De buenas y malas madres. De las biológicas, que han hecho cosas terribles, aparentemente malas muy malas -que alguien nos cuente la parte que no sale en el telediario-. De las Adoptivas, que parecen buenas pero ¿recordais las mismas noticias? también las hay malas muy malas. 

Y finalmente de las madres subrogadas, que no sabemos aún en que lugar colocar...y yo pienso en sus hijos, en lo que ellos piensan y sienten al respecto de ellas. Pienso en las madres que les traen al mundo, en un parto breve (como la mía) o largo como el de S. En un parto biológico como el de S., o en uno administrativo como el mío, y en esos otros que lo mezclan, dejándonos un poco a la deriva en lo ético, en lo moral, en lo valido, en lo posible....

Y en todos los casos sólo espero que sus hijos, nuestros hijos, sean capaces de llegar a buen puerto. Una vida, medianamente plena y serena, sobretodo respecto a sus orígenes y su identidad. 

Y pienso en el buen puerto, porque no puedo más con mis ganas de Mar.





viernes, 26 de junio de 2015

LA MEDIDA DEL TIEMPO

MAS DE DOS MESES...ausente de este blog. De este espacio de encuentro. De este lugar de reflexión. Es el tiempo suficiente para echarlo de menos. He estado muda, avocada a una única tarea, bueno a dos, sin fuerzas para más. Concentrada en la tarea de acompañar a H. en el proceso de salvar este curso escolar sin daños colaterales y, también, para equilibrar balanzas, en uno de sus logros...disfrutar jugando al Baloncesto. 

A veces en la vida lo tienes muy claro, algo se vuelve fundamental, requiere tus esfuerzos y energías, obliga a postergar unas cosas, insistir en otras, replantearte el resto. No ha podido ser de otra manera, pero ahora estoy aquí. Otra vez. Con la mirada centrada en otros rumbos. Pensando en la medida del tiempo.

UN SIGLO...de año escolar. Un año académico para olvidar. La sensación de ficción de estar en una pelicula de la escuela de los años 50, con una docente de las que castigaban físicamente, ponía líneas de frases torpes como castigo y usaba el autoritarismo como argumento de respeto. Y no, no ha sido una mala película de Cine de Barrio, era clase de mi hija. Nueve largos meses. Infinitos meses.

Ver aniquilada la curiosidad, la iniciativa y la motivación para el aprendizaje, no de H. sino de todos sus compañeros. Tener que soportar en el día a día a una mujer que ha sacado mis peores reflexiones sobre el sistema educativo español en su gestión (por tolerarla). Desde una mirada constructiva, que es como me gusta vivir el pasado, nos ha ofrecido la oportunidad de aprender dos cosas: 

Una, que se puede ser mediocre, muy mediocre y parecer normal y eso en educación es peligroso.

Y dos; la más importante, que no importa cuán difícil parezca una batalla, si crees que debes lucharla, tienes que hacerlo aunque la pierdas, ...porque a veces ganas. 

Con un poco de suerte, aún por confirmar, el año que viene no será "como establece el sistema" la tutora de mi hija. Y no lo será porque los padres transformamos las quejas de pasillo, de patio, de las afueras del colegio, en una voz mayoritaria que presentó una queja formal al centro, que tras el intento de mediación, siguió insistiendo ante las autoridades educativas ajenas al centro. Porque los padres seguimos insistiendo en que se nos diera una respuesta a la confrontación de su mediocridad e incluso maldad. Una respuesta por escrito o en entrevista personal. Porque dejamos claro que no íbamos a tolerar ninguna más, porque les recordamos que la mediocridad se mantiene porque todos callamos frente a ella y miramos para otro lado. Porque su "no es para tanto"...obtuvo siempre de nuestra boca un "Si, sí lo es. Y es mucho".

El resto es sólo quejarse. Quejarse de cómo están los jóvenes, como está la sociedad, como va el mundo. Y yo creo que el mundo de mi hija está hoy un poco mejor, porque algunos -muchos- padres y madres como yo, reivindicamos su derecho a tener otra opción mejor.

Pero acabó por ahora. 

Y ella PROMOCIONA sí, y bien. Gracias a ella, gracias a mi. A pesar de ti. 

Bienvenidas sean las vacaciones escolares.


OCHO AÑOS...hará en unos días, ocho años de vida compartida. 

-Mamá...cuando yo tenga dieciocho años.... 
- Pronto. Le contesté. Era claro que le sonaba a que sería en una eternidad. 
- Te faltan ocho años
-  ¿Sí?......Es verdad!!

El mismo tiempo que llevamos juntas. Y entonces fue a mi a quien se le convirtió la vida en un segundo. Hemos vivido tanto desde entonces. Cabe tanta vida en tan poco espacio de tiempo. El tiempo irá diciendo lo siguiente porque yo me voy a concentrar en quererte hoy. Vivirte hoy. Emocionarme hoy.

UN INSTANTE...y sí, hoy un instante, me ha emocionado. Más bien convulsionado. 

Duró unos segundos pero fue aplastante. 

Conocí de D. hace algo más de tres meses. Mujer africana, Analfabeta. De edad indefinida, con otras dos pequeñas mujeres a cargo, ambas nacidas de su vientre. Irregular. Indocumentada. La más vulnerable de las vulnerables. De rostro endurecido que se ha ido cargando de gratitudes innecesarias. De carta de presentación, un papel que me entrega sin saber lo que dice, y en el que yo leo el riesgo de que la separen de su hijas. Me pongo en alerta, seguro que hay alguien a quien proteger...Hace tres meses no sabía si a ella, de las autoridades que pensaban que sus hijas estarían mejor en otro lugar o, a sus hijas; que puede que efectivamente necesitasen estar lejos de ella. 

Tres meses nada más y todo cuanto ha podido ser una catástrofe, ha ido saliendo hacia adelante. Con su constancia y sin apenas apoyo nuestro. La he visto cumplir con compromiso y esfuerzo todo cuanto le hemos pedido. He visto su amor incondicional por sus hijas, su deseo de mejorar, sus esfuerzos. He visto aparecer la sonrisa en su rostro normalmente endurecido por la vida y la angustia de perder. Y después, solo mucho después, de que las certezas se hicieran fuertes, hemos entregado una insignificante ayuda económica (antes hemos dado otros apoyos). 

Hoy al darle el dinero para que pueda pagar la habitación en la que reside, no le bastó regalarme su sonrisa, mas que suficiente para mi. Lo hizo, pero además, se arrodilló para darme las gracias como si yo fuera su Dios. Duró un instante, enseguida tomé su mano y la alcé...pero me tiene aterrada la sensación. 

No la merezco y, sobretodo, no se la merece ella que está haciendo lo más difícil desde un lugar en el que siento la hemos colocado el resto. Nosotros y nuestras leyes. Nosotros y nuestra economía. Nosotros y nuestra moral.

La vida, está llena de instantes maravillosos y de otros, que son tremendamente míseros.


Y así andamos, haciendo equilibrios, digiriendo emociones....a ratos.


domingo, 19 de abril de 2015

LIBERTAD


YO TE NOMBRO LIBERTAD. Nací libre. Es un hecho. Condicionada en menor o mayor medida, la verdad es que nunca me he sentido esclavizada por nada. Por eso estoy segura de que, aunque la valoro, no logro dimensionarla realmente porque nunca la he perdido. Es así, la noche magnifica el día. La enfermedad, a la salud. Y de haberme sentido presa, valoraría muchisimo más la libertad de la que disfruto y siento haber disfrutado siempre. Y que dure.


LIBERTAD DE PENSAMIENTO. Crítica, solidaria e incisiva; la segunda evocación que hago de la palabra Libertad es ella. Compañera de Mafalda, pequeña y aparentemente simple, es incendiaria en sus planteamientos sociales, menos existencial aunque quizás más utópica. Representa la opción, siempre bondadosa, de tener a alguien con quien conversar. 

Pero en estos días la LIBERTAD de mis pensamientos es otra.

A Libertad la conocimos de nombre el año pasado. "Mamá ha venido una niña nueva a nuestra clase. Se llama ...Libertad". Que bonito pensé evocando las dos cosas anteriores, pero lo cierto es que la realidad no es tan bonita.

Libertad estuvo en la clase sólo un mes y luego se fue.

Este año volvió y sigue allí junto a ellos...o más bien. Sobrevive.

H. es un libro abierto y cuenta todo lo que pasa en el cole...así llevo semanas escuchándola hablar de lo que ella piensa, de lo que todo el grupo piensa...reeducando el enfoque, los pensamientos, las razones y las opciones. Y qué difícil es y que triste...

"Mamá...Libertad...

... no huele bien.
...lleva la ropa rota y sucia.
...no tiene padre, ni madre.
...nadie quiere jugar con ella.
...todos se burlan..
...tiene tetas porque es mayor.
...y por supuesto L. ha suspendido.
...va a repetir"

Y me duele, me duele esa niña  que seguramente es inocente de todo y sin embargo paga tan duramente las consecuencias.

Y con cada información una reflexión, una necesidad inmensamente mía de que mi hija sea capaz de ponerse en la piel de esa niña y defenderla. Entenderla. Ayudarla. Acompañarla. 

En las últimas semanas, L. ha ido al comedor el único día que va mi hija. El viernes pasado me contaba todo lo que estuvo hablando con Libertad...La tristeza de la niña "No traigo ningún pastel para celebrar mi cumpleaños porque a los niños les dará asco comerlo" ...y las palabras de mi hija para darle consuelo y ánimo, a pesar de no manejar aún del todo bien, el acto de defenderla en público.

Pero mis palabras de estos meses han ido calando poco a poco. Son aún insuficientes para cambiar su realidad, pero sé que a través de las palabras de mi hija le ofrecen la sensación de que no está tan sola. Para ayudarla a defenderse de esos que la juzgan (siendo la mayoría muy majos) porque desconocen la vida que ha tenido que vivir y sólo saben de las bonanzas de la vida propia.

Cuantas ganas de hacerles leer este texto inolvidable y contundente...

Ánimo, Libertad.  No estas sola.


domingo, 5 de abril de 2015

ACOMPAÑADA


Siempre me ha llamado la atención que la entrada más visitada de este blog sea una que titulé SOLA.

Pienso en la extraña atracción que ejerce esa palabra, intuyendo que quien la busca, requiere más bien de lo contrario. De compañía, en su soledad.

Por razones que no vienen al caso, he aprendido desde muy pequeña a sentirme a gusto estando sola. Y esa capacidad, la he percibido siempre como un don. Tengo habilidades sociales, me gusta la gente, de hecho, me gusta mucho, pero son dos cosas distintas. 

Para mí la compañía forma parte de lo que DESEO pero no de lo que NECESITO. Es verdad, que como todo ser humano, estoy expuesta a vaivenes en el peso que uno y otra (deseo y necesidad) tienen a lo largo del tiempo. 

Sigo contando como puntuales los momentos en que siento la necesidad de tener compañía y, por lo tanto, mi necesidad suele ser satisfecha con facilidad. Pero pienso en ello, por lo que a mi me falta y a otros sobra o viceversa. Por las implicaciones negativas, en un segundo plano, de esa virtud o ese defecto. 

Sigo pensando que la necesidad de compañía nos hace esclavos. Supongo que como cualquier necesidad. Porque las necesidades nos OBLIGAN a la búsqueda, porque en su satisfacción se nos va  la vida, a veces literalmente. En otras, sin embargo, sólo perdemos la posibilidad de vivir con mayor plenitud obsesionados por esa búsqueda. Y ésto, menuda faena es.

En estos días de vacaciones, de descanso elegido sin otro fin que olvidarnos de los excesos cotidianos, pienso en ello mirando alrededor. Consciente de las ausencias, de mis ausencias. En lo que significan para mí y en lo que significan para H.


"Yo quiero tener un padre"... ese es su deseo literal desde siempre y no me extraña, adoptada y negra, además debe cargar con mi monoparentalidad.  Y en la niñez (a veces hasta mucho más tarde) todo lo que nos hace diferentes, nos perturba. A mi esas circunstancias no me suponen ningún problema en lo personal, pero es cierto, que yo primero elaboré lo que supondrían y luego decidí. Lo que no medí, lo que no medimos, es que al decidir a menudo imponemos nuestras decisiones a nuestros hijos. Y como lo tengo claro en sus ventajas y desventajas pues trato de ayudarla a manejarlo lo mejor posible y yo creo que está yendo bien. Son nuestras circunstancias y con ellas hay que aprender a vivir.

A pesar de esto, cada vez soy más consciente de que en la tarea educativa o de la crianza, educar un hijo en solitario tiene sus dificultades añadidas. Si además, como en mi caso, se suma que no hay una red familiar a disposición (por la distancia física que me separa de mi familia, avión de por medio), la dificultad se transforma en muchas cosas:

...Miedo sí, siento miedo, un miedo enorme, a que me pase algo que me impida cuidar de ella. Trato de lúcidamente decidir a cargo de quien debe quedar en mi ausencia. Y pensar eso, más allá del afecto que tiene garantizado, es un reto enorme cuando toda tu familia vive a kilómetros, cuando en mi ausencia, perderme a mí, al menos ahora, en los siguientes años, implicaría también para ella, perder todo lo que son sus referencias: escuela, entorno, actividades, los afectos cotidianos. Y no, no se merece esa segunda pérdida masiva.

... Tristeza, por obligarla a vivir con la parte negativa que para ella tienen mis decisiones, y que la obligan desde muy joven a superar obstáculos arraigados en el imaginario popular en los que ella siempre está en situación de desventaja que la obligará a luchar más por ser mujer, tener que dar explicaciones por ser negra y adoptada y a tener que construir una identidad bicultural mucho más compleja de gestionar internamente y con el entorno ...y el que diga que no es así, miente o carece de ojos e intuición.

...Preocupación, y quizás esta es la más reciente. Yo no tengo ninguna duda de estar ejerciendo la maternidad lo mejor que puedo. Soy una persona con muchas herramientas, soy proactiva y tomo decisiones siempre. Puedo estar equivocada al hacer, pero nunca dejo de hacer. Otra cosa, es que pueda asumir tareas que deben realizar dos. Dos que se complementen.  Porque yo, soy solo una.

La vida en pareja, la buena vida en pareja, es algo que me parece sumamente complejo. Y criar en pareja seguramente (porque esta parte no la he probado nunca) lo debe ser aún más. Pero a ratos la anhelo por lo que supondría en lo personal (pero eso es otro capítulo) y en lo que supondría para H.

...extraño alguien que matice para ella (y a veces para mí) aquello digo y en lo que creo firmemente. A veces necesito que alguien desde su adultez, matice mis certezas y con ello le de a ella más opciones. "Mamá, siempre tienes la razón"...y ella la tiene a veces y se la doy cada vez que puedo. Pero a veces estaría muy bien que la razón la tuviera un tercero. Para que el hecho de que ganara una no dejara necesariamente a la otra como perdedora en solitario. Y sí, cada vez que puedo cada una tiene "una parte de razón". El problema son las otras veces.

...extraño alguien que la consuele cuando yo debo ser dura. Porque lo soy. Hay cosas que no hay que permitir pero ese rato que la dejo sufrir en soledad, me gustaría que alguien la acompañara y le ayudara a aceptar que las cosas no son como ella quiere. Ahora me toca ser dura, dejarla en su tristeza y luego retomar. Calmar, acompañar, reflexionar. Ser al mismo tiempo la mala (que genera frustración) y la buena (que calma, acompaña, acuna) sería mucho, muchísimo más sencillo, si lo hiciéramos entre dos y a poder ser alternando roles.

...extraño a alguien que me ayude a calibrar mis ideas y opiniones al respecto de las cosas, apoyar (o no) mis decisiones como algo visto desde dos visiones, y por qué no, a compartir los gastos... porque todo cuesta, no sólo tiempo, sino también esfuerzo y dinero y a menudo ni mi tiempo ni mis ingresos (incluso mis esfuerzos) alcanzan para todo lo que estaría bien hacer.


...extraño a alguien que, en la logística cotidiana, comparta lo doméstico y las atenciones que requiere H. principalmente en las tareas del cole. Yo siempre tengo que elegir, hace tiempo que asumí que no soy una supermujermadre: no puedo ayudarla a terminar los deberes, preparar la cena y llamar a los abuelos para ver como siguen al mismo tiempo. De tres cosas que siempre necesito hacer, solo hago una o dos. Y no es poco, pero no es suficiente desde lo que me gustaría.

...extraño a alguien que me ayude a tener un tiempo para mi sin sentir que ella deja de disfrutar de un tiempo compartido con adultos o con otros. Lo tiene, con otros adultos significativos, pero ella siente que si no estoy, ella está sola compartiendo con otras familias que si están juntas entre sí. Si hubiera una pareja, si ella tuviera un padre, su familia compartiría con otras familias y a veces, como suele suceder con familias amigas, hay uno de los padres que se queda en casa disfrutando de su tiempo o hace sus cosas. Y nadie tiene carencias. Ella ahora siente que las tiene por eso necesita ir/estar con su familia, que soy yo. Y yo me pierdo a mi en ese camino.

...extraño que alguien la eduque con sus vivencias, perspectivas, apetencias... además de hacerlo yo porque esa diversidad la hará más rica en sus percepciones de la realidad.

...extraño un tiempo nuestro, además de un tiempo mio. Igual que sería valioso entender la presencia de un tiempo vuestro.

Y sí, es más cómodo ideológicamente porque lo otro implica negociación no siempre fácil. Pero unos días agradecemos la comodidad y otros lamentamos la complejidad. De todo hay.

Y hoy ha tocado pensar en esto pero se que a fin de cuentas, unos días mejor y otros peor, la vida tiene sentido porque no hay nada "que nos quite lo bailao" *


* "que me quiten lo bailao" es una expresión popular que se utiliza para decir que las consecuencias negativas que puedan aparecer después de algo que ya ha sucedido, no pueden anular el placer de lo ya hecho. En otras palabras, cuando ya has vivido algo gratificante, no importa lo que suceda después porque ya nadie te lo puede arrebatar.