Hace unos meses yo sentía que me ahogaba...
...pero sucede otra vez, el tiempo pasa, todo es un ciclo que se cumple riguroso. Cuando llega el otoño, mi estación preferida del año, yo inicio un ciclo que me llena de tormentas, me clavo como nunca un reloj al pecho y al cerebro, y empiezo a sacar cuentas, a contar minutos, a hacer encaje de bolillos entre trabajo y escuela. En esos largos meses siento el viento como un ciclón que siempre amenaza, que siempre me lleva (nos lleva), corriendo de un lado a otro, o quizás no corriendo, pero sí a un ritmo más rápido que el deseado. Con lo que a mi me gusta pasear!.
...pero hoy acaba Mayo y yo recupero buena parte de mi vida. No en horas, que al final son las
mismas, sino en rutinas. A partir de hoy, mis tardes son mías. Ya no juego al tetrics sino más bien al mikado y realmente me gusta más, cada vez es distinto y hay más posibilidades y retos. No todo es encajar, no todo es correr para encajar, sino que es una sorpresa y una posibilidad, y tu eres más dueño de tus posibilidades. Es estrategia y riesgo. Y eso me resulta sin duda más apetecible.
Y me acuerdo como si fuera hoy de la tristeza que sentía en aquella tarde que me despedía de muchas cosas. Y pienso en lo vivido desde entonces. Pienso, en que las cosas que perdía aquella tarde, están aquí otra vez, porque son mías, sólo tengo que dejar que el tiempo pase. Y pienso que este es, este año más que nunca, un año de aprendizaje.
Porque este ha sido un año escolar compartido. Madre e hija, cada una a su escuela, a experimentar y aprender. H. ha descubierto con pasión y con dolor el mundo de los deberes. Por suerte, lo ha hecho de la mano de la mejor de las maestras posibles. Este año nos asoma a lo que será un camino difícil, un anticipo de los esfuerzos y de la constancia que necesitaremos para avanzar.
Yo, por mi parte, he vuelto a estudiar, o más bien a aprender, que no es lo mismo. Y, realmente, con buenos maestros, es una delicia. Y M. sigue siendolo pero tiene razón, los años a los dos nos han hecho mejores. Más sabios pero también más humildes. Y se nota. En estos meses, además de ser madre he sido más cosas. He vuelto a pensar en mi de forma sostenida. En mi como mujer, en mi como profesional. Vuelvo a confiar en el valor de aquello que tanto me ha gustado hacer siempre y se estaba desdibujando entre papeles de auditorías. Me gusta la psicología y me gusta sentirme útil. En este tiempo de emociones exacerbadas ha venido muy bien agudizar la mirada y organizar la estrategia para ver todo lo positivo que seguimos teniendo.
Así que dio mucho de sí, a pesar de mi tristeza. Avancé, crecí, maduré, cerré y abrí, recuperé y despedí, reí y lloré. Abracé. Escribí. Ayudé, pedí,...hice tantas cosas y el tiempo pasó y estamos aquí, otra vez... Vivas y con muchas ganas.
Verano, aunque estás indeciso, bienvenidas sean tus tardes...por echarnos unas risas siempre en buena compañía. Por todos los viajes que llegarán. Por todo el tiempo que nos dedicaremos a jugar, a brillar y, sin duda, a amar.
Este blog es un regalo. Yo quería tenerlo y alguien que me quiere me lo regaló. Yo quería que mi casa tuviera ventanas y puertas y él me regaló una casa entera. El lo llenó de sol y yo de otoño. Todo tiene su momento. Este es el mío. No tiene un tema, solo tiene un fin aunque todavía no sé cuál es. Está aquí, es mi regalo. Cuidaré de él.
A las buenas,
ResponderEliminarHe de reconocer que el titulo me preocupo un poco, estamos en epocas de malos cambios.
Pero una vez leido, bienvenido sean los buenos cambios. En los detalles es donde esta la vida real.
Un placer leerla, como de costumbre.
...seguro ha sido tu ojo marinero el que se ha preocupado. Y se agradece, por lo pronto estamos esquivando las tormentas. Aunque hay tantas que no sabemos cuanto resistiremos. Vamos avanzando despacito que ya es mucho...
ResponderEliminar