sábado, 28 de enero de 2017

CRECIENDO

...es difícil oír el crecimiento de las cosas.

...por eso estamos calladas, para escuchar mejor y acompañar ese susurro imperceptible con lo que vemos.

Me falta tiempo para llegar como quisiera a todo...y a veces, todo, va demasiado rápido. Pero estoy aquí, lo mejor que puedo, viéndola crecer, a pasos agigantados. Y ese vivir en medio de sus referentes me hace pensar en lo relativas que son muchas cosas, y en lo valiosa que es la diversidad de experiencias.

Mi vida con H. la comparto con otros dos grandes referentes. Por un lado, está su Instituto y antes el cole, donde pasa 40 horas a la semana (esta semana las mismas que yo en mi trabajo, cada una a lo suyo). Por otro, está el equipo de Baloncesto en el que juega desde hace cinco años. Con él pasa entre juegos, partidos y convivencia (...entre 8 y ....muchas horas a la semana). El resto se nos va como a todos, en la gestión doméstica y lo puntual que, por suerte, es diferente cada semana. Así que, además de conmigo, con esos otros, también se educa y crece como ser humano.

Y pienso en ello porque ambos mundos, formados de forma aparentemente igual, por niñas, pre-adolescentes y adolescentes de 12 años, no puede ser más dispar....

M. la madre de una de las chicas del Instituto se mostraba asombrada cuando el otro día le comentaba que ellas podían ir al cine solas, no entrar solas que ya lo hacen hace tiempo, sino ir desde nuestra casa al cine, ver la película y volver, todo esto sin nuestra compañía...El cine está a 15-20 minutos de nuestra casa andando, en un entorno que ellas conocen bien pues está el cole donde han estudiado y unas calles por las que muchas veces han ido y han vuelto en nuestra compañía. Ella se reía y me decía ¿Estas segura?

Me llamaban la atención sus dudas frente a la otra realidad, la del baloncesto, donde las chicas, en grupo, llevan haciendo salidas solas desde hace varios meses, por períodos mucho más largos de tiempo, y hacia zonas mucho más distantes de la ciudad (en relación a nuestra casa) ...ciertamente con la mirada entre inquieta y tolerante de los padres, pero...con la consecuencia, desde mi punto de vista, de que son mucho más autónomas y, sobretodo, y según como cada quien lo trabaje, mucho más reflexivas y responsables (o no) con su quehacer. Ganar en libertad (léase desde mi punto de vista) es obligatoriamente, obligar a ganar en responsabilidad. Y en ello trabajo.

M. me decía que por qué estas niñas no se quedaban en su barrio, que no había necesidad de ir tan lejos, siendo aún tan niñas. Y la explicación más evidente, es que no tienen un barrio común (porque el equipo es un club independiente y no asociado a ningún centro educativo) y cada una vive en un sitio distinto. Ciertamente, veo muchas ventajas en que hagan esto (y también algunos riesgos) por eso intento acompañar (en el caso de mi hija) un poco más de cerca. Contrastando caminos, compañías ajenas al club (que ya aparecen en esas salidas los del equipo de baloncesto masculino independiente de la ciudad) y conversando mucho y más que nunca. También y a veces lo olvidamos, y es importante, recordando como eramos nosotros entonces....

Tras esas salidas, con H. hacemos un recorrido nominal de las zonas transitadas, hablamos de lo hecho, de lo visto, de los encuentros con otros conocidos, y siempre los hay!!! porque las calles recorridas son las del Centro de la Ciudad,  de las anécdotas del día o de la tarde-noche, de las picardías del emparejamiento con los del equipo masculino...que les llegan a todas del hombro para abajo!!, de su opinión y la mía, del hacer o dejar de hacer...Y sigo de cerca también a esos padres y madres que no son, en su mayoría, de mi barrio, ni de mi escuela, ni de mi entorno vital,...y aprendo con ellos porque me dan pistas también de los espacios relacionales por los que se mueve mi hija.

En algo más de seis meses han sido muchos los cambios, pasamos al instituto de forma fluida y liberándonos de los razonables miedos o dudas iniciales, hemos entrado de lleno al mundo de las nuevas tecnologías y de algunas redes sociales, pasamos a jugar en la Liga Autonómica por lo que los partidos son cada quince días fuera de la ciudad y a veces muy lejos con jornadas de convivencia de todo el día, su entrenadora habla directamente con ellas para organizar detalles de la logística de los partidos y (a veces, solo a veces) con los padres. H y yo, cada vez más, salimos a lugares diferentes (donde su tiempo social y el mio son distintos)...a lo largo del día hablamos (esa fue la principal razón para darle el móvil), nos mandamos alguna foto y sobretodo en la noche las vemos todas...Digamos que el "acompañamiento" ha pasado en gran medida de ser físico a ser -aún más que antes- emocional. Y es ahora cuando más veo la fortaleza del vinculo que nos une.

A mi hija le están creciendo las alas (cuanto lo celebro por ella y por mí)....pero cuido siempre, y cada día más, las raíces que la mantienen sujeta a la tierra. Una tierra que yo me encargo de cuidar, a diario no, a instantes. Que la vida es un suspiro, el tiempo pasa rápido y las posibilidades de perder el rumbo, son infinitas...