En estos días, estoy algo silenciosa y reflexiva, sin sentirme especialmente bien. Algo temerosa vitalmente (mientras a mi alrededor todos ven mi valentía). Cuestionandome en muchas cosas. Sí, juez, conmigo misma.
En estos días, miro mucho a la gente y escucho sus motivos para ser o dejar de ser, para hacer y dejar de hacer. Veo sus logros y también sus miedos. Comparto sus ilusiones, y busco las mías. Callada pensando. Sonrío. Lo intento, pero no me sale. Sí, juez, conmigo.
En estos días, me faltan muchos "sí" cargados de sonrisas y me sobran muchos "no". Los que más, los míos.
Me está costando encontrar la manera de educar desde el SÍ. Tengo la sensación de estar con demasiada frecuencia recordándole a H. lo que no está bien, lo que no debe, lo que no se hace de esa forma, lo que no es oportuno, lo que está feo. Y sale por mi boca, lo percibo y me torturo
Se que en paralelo la elogio mucho porque me sale con la misma fuerza del corazón. Se que está llena de virtudes que le repito hasta la saciedad. Alabar siempre es sencillo, pero qué hacer para corregir un comportamiento que no está bien. Como freno su ímpetu, cómo su intensidad desbocada, como educo su impulsividad, sus dificultades para autoregularse y respirar física y emocionalmente. Como evitar que absorba de la manera que lo hace. Como autoregularme yo, para no ahogarme con las expectativas que tengo sobre lo que está bien, en relación al comportamiento que debe tener. Qué complicado!.
Y cuando tomo consciencia de ello, de todos los "nos", de todos los días, me siento fatal.
Y entonces todo me estalla en la cara. Y me hace sonreír.
Sentada frente a mi con su bella sonrisa
"Mamá me haces feliz"..
La miro riéndome "¿Si? ¿De verdad? pero si estoy todo el rato diciéndote que No!"
"Claro! Me estás educando!"
Alivios que vienen bien. Sin dejar de ver lo que en mi está mal, pero regulando. Y sí, siempre ha sido así, mi juez mas estricto, soy yo.
Es verdad el juez más estricto eres tu mismo. A mi me preocupa los tonos de los Noes. A veces son amigables, pero otras veces son verdaderamente duros o desalentadores o contradictorios...
ResponderEliminarCierto, y me gustaría educar desde la dulzura, el aliento y la coherencia y a veces me resulta tan difícil encontrar ese punto de equilibrio...
EliminarA mi también me gustaria Montyfa pero no siempre es fácil. El hecho de nos lo planteemos es un intento, ahora perserverar para intentarlo.
EliminarLa perfección sabemos que no existe, pretenderla en todos los campos es un imposible. Varias veces en esta vida me han hecho esta reflexión "debes elegir las batallas" no puedes tener 20 batallas a la vez abiertas porque si son tantas cosas no llegaras a ninguna. Intento no dispersarme y centrarme en cuales considero más prioritarias para trabajar de manera más exclusiva en ellas, sino todo el día soy un sargento coronel que ni me gusta ser ni me gustaria tener. Asi que lo que me queda es respirar hondo y después del 1 viene el 2 y después el 3.
besotes
Elegir las batallas requiere de la enorme humildad de reconocer que no llegamos a todo. Y no es fácil. Con la crianza educamos sí, y también nos educamos. Cuando lo que haces rebota directamente en quien crees tu mayor y mejor responsabilidad, hay que hacer un gran equilibrio entre lo que deseas y lo que puedes ir consiguiendo. Quiero lograr cosas, sin embargo quiero también disfrutar del camino. Gracias querida!
EliminarMe alegro de que H. sea una juez más indulgente. Y, no tengo ninguna duda, más justa.
ResponderEliminarhttp://madredemarte.wordpress.com/
H. es una niña bastante sabia y su comentario matiza en alguna medida a la juez que llevo en mi, le quita culpa que siempre sobra, y da aliento que viene bien. Me alivia, sí; no está mal sin embargo la autocrítica constructiva, el alto en el camino y la busqueda de alternativas.
EliminarNo me conoces, soy amiga "en la lejanía" de cuarendo de retazos desde hace tiempo. Tanto a ella como a las demás madres os admiro intensamente por la labor que haceis con vuestras hijas/hijos adoptivos. Yo perdí a mi única hija hace dos años y medio y creo que el mismo dolor sentiría si hubiese sido adoptada, me falta ese amor...
ResponderEliminarMi nonmbre es Rosa, pero mi apodo es Ave Fénix... ¿conoces la leyenda? un cordial saludo.
Rosa, lamento tu pérdida que duele incluso cuando la imaginas. Ave Fenix es un apodo que refleja valentía y habla mucho de una postura constructiva frente a la realidad. Implica renacer de las cenizas tarea nada sencilla asi que mucho ánimo y mucha paciencia. Un abrazo y gracias por escribir
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