domingo, 6 de septiembre de 2020

FIESTA

Hoy han publicado oficialmente el Programa de las "No fiestas" de nuestra ciudad. Nuestro Ayuntamiento, dicen, ha querido mantener el compromiso de contratación con los artistas, mayoritariamente locales. El público no podrá estar en las actuaciones, que podrán visualizarse a través del canal de YouTube de la corporación local.

¿Tiene sentido?

Me suena tan absurdo. No llego a decir que este mal, solo forma parte de la distopía en la que estamos inmersos.

Normalmente, no estamos aquí en ferias, pero cuando estamos, las disfruto. Disfruto la vida en la calle en las postrimerías del verano. Aunque algunos años, para  la llegada de las ferias ya había comenzado el otoño climatológico. Así es esta ciudad. Extrañaré ser público. Los fuegos artificiales, los pinchos fuera de los bares y a cualquier hora del día, el teatro para todos los públicos, los conciertos gratuitos en las plazad de la ciudad, las actuaciones de calle. Cuando acaben las ferias, yo volveré a trabajar a jornada partida. Menuda ilusión. Porque sí, es oficial, algunas buenas cosas que hemos aprendido con la pandemia se mantendrán. Y otras no. Y no compensa, porque me da a mi que perdemos siempre del mismo lado.

Soy fuerte y templada, pero comienzo a extrañar tantas cosas. No sé si es porque este estado de semiconfinamiento consciente no tiene un final tan claro, como para mí lo tenía el confinamiento. El estado de alarma está regulado legalmente.

He disfrutado del verano. Mucho, dadas las circunstancias....pero este no poder hacer planes. Este no poder propiciar, disfrutar, de los encuentros con TODA la gente que queremos, "no conviviente" y que vive en esta ciudad. No poder hacerlo con libertad, sin sentir que estamos haciendo algo que nos perjudica a todos, sin mascarillas, sin pensar en nuestras patologías y riesgos, a ratos, me agobia.

Diez días y les mandaremos al cole como si no pasara nada. Volvemos al trabajo (algunos), como si no pasara nada. Pero, la verdad es que pasa, nos está pasando. Esta doble tabla de medir según a quien convenga. Según hasta donde tengamos que invertir dinero, asumir responsabilidades, argumentar, me desencanta, por no decir enfada. 

De la responsabilidad individual a la colectiva. De la responsabilidad de la base a la cima. Distopía sí, pero siempre desigual.


Por lo demás, el sol sigue surcando el cielo. Ya no tan alto y no supera la pared lateral del edificio. Ya no da de frente en la ventana de nuestro salón. Mi termostato latino lo nota. Ha refrescado, como diría mi madre. Pienso en ella y en todos y como el mantra de "Los 100", repito...que volvamos a vernos.

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