miércoles, 15 de febrero de 2017

AFRO Y SAN VALENTÍN

Tengo en casa una preadolescente de pelo Afro.

...y no es solo que lo tenga afro, sino que tiene pelo para dos cabezas.

...a lo largo de estos años (doce) hemos trabajado un día sí y otro también porque se quiera a si misma, en todas sus circunstancias, con sus bondades y desdichas, siempre subjetivas, en cuanto a los determinantes de su dotación genética. Y ese es un trabajo que se construye a base de presencias, de discursos, de miradas y de convicciones.

Su melena afro desde mi punto de vista es espectacular pero coincido con ella en que, para estudiar, más vale que la lleve recogida, por su bienestar académico y, sobretodo, por el de la persona que se sienta detrás de ella. Así, a lo largo de toda primaria; al cole, su cabello ha ido recogido con trenzas (made in home) que sus esfuerzos físicos y emocionales nos han costado, o; con coleta, una solución rápida, sencilla y en un momento dado autogestionable (lo que se agradece en el día a día).

En el último año, con ese despertar a veces radical y a veces sutil de la preadolescencia, H. ya no quiere llevar trenzas (una opción válida), y como con todo, prefiere acabar rápido, para dedicarse el resto del tiempo que parecía sobrarnos, a mirarse en el espejo.

Yo, que desde siempre trabajo para que su autoestima le permita vivir plenamente, sintiéndose maravillosa en todas sus circunstancias, celebro de puertas adentro y con ella, todos sus procesos de reconciliación y enamoramiento, con aquello que es como es y no puede cambiarse.

Ayer, en su instituto, celebraban San Valentín. Con esa excusa, los chicos de los últimos cursos de la ESO organizaron una actividad para recaudar fondos para su viaje de fin de curso. La actividad consistía en encargar semanas atrás, flores (claveles) o chucherías (piruletas o gominolas de corazón) para regalárselos por sorpresa a sus amigos el día de San Valentín . En torno al hecho, se fue creando un clima de expectación y emoción muy gracioso, porque es que H. se emociona con la vida.

Lo interesante del evento para mi ha sido verla vestirse por la mañana y descubrir que había decidido llevar su melena al viento, léase suelto, en todo su esplendor. Entonces he caído en cuenta que a lo largo del año, en aquellas ocasiones en las que quería verse especialmente guapa y llamativa, su opción ha sido llevar ese pelo del que de niña ha renegado "lo suficiente", ese pelo "que sólo le gusta así a los mayores", sí, ese mismo, llevarlo libre y en toda su magnitud. Transformar ese "es que todos me miran" en tono de vergüenza de hace unos años, en "es que me gusta que me miren y tengo con qué"...

Y volvió a casa sí, rodeada de claveles, con las gominolas en el estómago y con "un todo el mundo me dijo que bonito!"; sí, los mayores pero también los menores como ella, que la quieren mucho y que se abren a otros conceptos de lo que es hermoso más allá de lo habitual

H. siempre ha sido poderosa en su ser; pero hay cosas que ha tenido y tiene que conquistar en su empoderamiento personal: su condición de adoptada, el color de su piel, su cabello...y en ello estamos y no nos va mal.




6 comentarios:

  1. Como me gusta leerte, con esa capacidad de análisis del mundo que nos rodea.

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    1. La vida, que es inspiradora. Y las personas con las que en medio de ella coincidimos, que lo son mucho más...

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  2. Me gusta tanto tu estilo al contar la vida; tu vida y la de H. En este andar en que nos hemos acompañado, más de cerca o más de lejos, es maravilloso descubrir cada paso valiente, cada "hacer camino al andar". Besos de canela.

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    1. "...nos hemos acompañado", y sobretodo como le decía a mi compañero de arriba..."nos hemos inspirado tanto". La vida con quien compartirla, en forma tan valiosa emocionalmente es una gozada. Gracias, mujer divina!

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  3. ¡Casi nada¡ Alegra ese vivir de tu hija, ese mirarse y disfrutar de si misma, de su "melena al viento". Y me encanta el final de tu redacción... y si parece que no os va nada mal. ¡Enhorabuena¡ ¿Será que es cierto que se recoge lo que se siembra'
    Itsaso

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    1. ... quizás es eso, recoger lo que se siembra, pero bien sabes que a veces, piensas: qué estoy sembrando, dónde, para qué y te asaltan mil dudas. Por suerte la vida te regala a veces la intuición de que sí, es por ahí...Abrazos de esperanza.

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