Cuando yo era niña mi padre era carpintero.
Desde siempre, papá ha sido muchas cosas. Todas las que tuvo oportunidad de ser.
Mi padre nació en una época cargada de necesidad y por eso aprendió desde niño a buscar oportunidades que pudieran satisfacerlas. En ese camino, aprendió muchas cosas. A lo largo de la vida eso le ha permitido hacer un poco de todo. Y todo lo que le tocó, trató de hacerlo siempre de la mejor manera posible.
He visto a mis padres trabajar toda su vida. Casi siempre más de lo que deseábamos mi hermano y yo aunque fuéramos poco conscientes de ello. Casi siempre más de lo que era preciso cuando ya no era necesario...pero no era de eso de lo que quería hablar.
Llevo unos días lidiando con los artes y oficios de la construcción: fontanería, albañilería, pintura...y se me hace todo un mundo y cuesta arriba. Yo siempre tuve un padre que se encargó de estas cosas y nunca aprendí a resolverlas. Hasta ahora he vivido rodeada de manitas que siempre resolvieron los problemas domésticos y ahora me siento algo desnuda, lidiando con los males de la casa, viendo grietas y desperfectos, algunos manejables otros inasumibles, aunque tengo la sensación de que no deberían serlo. Me pregunto ¿Por qué, si tenía un maestro en casa, nunca aprendí?...siempre estaba él dispuesto a hacer, y lo hacía perfecto, por eso yo soy una chapuzas. No me gusta. No quiero hacerlo. No sé hacerlo.
A veces no soy capaz de ver las cosas materiales que tengo alrededor, no me fijo en las cosas porque la gente me distrae. Me fijo en la gente. Quizás por eso soy incapaz de pensar en cómo arreglar todo ésto porque lo que hago es pensar en papá, en nuestra casa, en mi infancia.
Mi papá era carpintero para hacer en serie una cosa concreta pero en sus ratos libres hizo la cocina de nuestra casa, hizo nuestras camas y mesas de estudio, y eso que nos esperaba como sorpresa tras las puntuales vacaciones que tuvimos de niños, es lo que se ha quedado en mi memoria.
Me animaré con la pared, llamaré al seguro para lo del parquet (debería pero ya me conozco pasarán más de mil años) y recurriré a una de esas alternativas que te da la fuerza del capital humano para arreglar water. A ver con qué me va mejor.
Papá te quiero, y te echo de menos, de mil maneras, por mil cosas, antes de tiempo...
Crecimos en una sociedad donde se valoraba la titulación, el conocimiento abstracto...y ahí, andamos un grupo de licenciados con dificultades para arreglar una persiana, colgar un cuadro y/o coser una cremallera.
ResponderEliminarY el papel? ah¡ si ese titulo por eque nuestros padres trabajaron duro, ejerciendo de albañiles, fontaneros, costureras o administradoras? guardado en un cajón...
Supongo que ellos creían, y así nos lo inculcaron, que con un título seríamos aún más y lo cierto es que trabajamos ambos tan duro por el logro de esa titulación que no tuvimos tiempo de aprender otras cosas importantes. A veces, las más útiles. Tocará reciclarse y reinventarse!
Eliminar"¿Por qué, si tenía un maestro en casa, nunca aprendí?...siempre estaba él dispuesto a hacer, y lo hacía perfecto, por eso yo soy una chapuzas".
ResponderEliminarYo creo que esto es inexacto: otros han aprendido, precisamente, porque tenían un maestro en casa... el interés (o la falta del mismo) está en nosotros...
A mí me preocupa la falta de destreza manual de nuestra generación. Las mujeres, tradicionalmente, no aprendíamos a hacer muebles o cambiar enchufes (algunas sí), pero sí a coser, tejer... labores que ahora tampoco hacemos y que también resultarían útiles... durante siglos cualquier mujer que supiera coser podía ganarse la vida si se quedaba de repente sin otra manera de ganarse el sustento, si quedaba viuda o huérfana...
A veces me pregunto si sé hacer algo con las manos...
http://madredemarte.wordpress.com/
Yo creo que el interes debe estar en los dos, en el maestro y el aprendiz. Uno al ofrecer (y el contrario a pedir), uno al explicar (y el contrario al preguntar), uno al dejar hacer (y el contrario al intentar)... Esa sería la sincronía perfecta. Yo sé hacer cosas con las manos, pero esas no. Hija de carpintero y costurera sé lo que es salir adelante con las manos (...y siempre los he valorado como maravillosos artesanos)...a mi las manos probablemente no me servirían para autoabastecerme, a eso es a lo que me refiero. A que tuve maestros para aprender y no lo hice. Reconozco otras virtudes en mi pero siempre me duelen más las carencias...Habrá que aprender ;-)
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