sábado, 9 de febrero de 2019

HABILIDADES TERAPEUTICAS

Hace un par de días, alguien me escribió en alusión a una entrada en el Blog hecha hace varios años. Tuve que releer la entrada para contestar a su pregunta y quedó abierta en mi pantalla. H. que estaba por ahí, la vio y me dijo "Mamá ¿por qué ya nunca escribes de nuestra vida?". Sonreí y le contesté "Por pudor, me he dado cuenta que también es tu vida y no sé si quieres que escriba". Me contestó "A mi no me importa, puedes hacerlo"

Y aquí estoy. No sé si una vez o muchas....depende de la inspiración, pero ya tengo permiso.

Hace unos meses H. me dijo que la orientadora de su Instituto, a quien no conocía previamente, le había invitado a participar en una actividad para ser "Alumno Ayudante y Mediador". Ella no entendía muy bien para qué pero me dijo que les iban a dar formación. Ayer, finalmente se fue nerviosa a su curso. Entre otras cosas implicaba irse a otro centro de estudios todo el día y solo conocía a otra chica. A H. no estar rodeada de "sus amigos" le genera siempre inquietud pero su timidez inicial le impide rechazar la oferta. Al marcharse al otro instituto, me escribió "Ay que nervios!" y no pude más que sonreir pues yo acababa de gestionar una situación laboral que me había dejado indignada y necesitaba aferrarme a cualquier cosa para compensar mi balanza de afectos. H. volvió a casa tarde, cuando yo comenzaba a remontar mi estado emocional. Llegó como un oasis, feliz no, lo siguiente.

Emocionada, y con su sonrisa plena que es de una potencia abrumadora, me contó todo lo vivido y compartido, que muy bien está. Vivir en una reducida zona de confort, hace que te pierdas la posibilidad de ampliarla y a mi me gustan las zonas de confort amplias, que te dan la posibilidad de crecer y vivir distintas experiencias y con ello hacer más rico tu bagaje vital. Daba gusto escucharla. 

Una de las cosas emocionantes de su relato ha sido ver cómo, al trasladarme todo lo que le habían enseñado, quedaba en evidencia que el modelo desde el que se trabaja este proceso de apoyo a la gestión de los conflictos en los centros educativos, esta basado en la Terapia Centrada en Soluciones, modelo desde el que trabajo en la consulta. No sólo por darle validez desde mi mirada profesional, sino por el comentario que vino después. "Mamá, es lo que tu has hecho muchas veces conmigo para ayudarme, para que piense y me sienta mejor, así que algunas cosas, me di cuenta que ya las sabía!. Para H. dejar evidencia lo que sabe es una necesidad importante porque en lo académico no siempre se siente competente. Para mi tranquilidad, en lo vital, sí.

En la mayoría de las ocasiones, para tener un hijo basta con desearlo. Cada uno escoge un camino para convertirse en padre o madre. Sin embargo, para criarlo, y hacerlo bien, facilitando que esos hijos crezcan suficientemente felices, hace falta mucho más que desearlo. Y no digo que lo este haciendo bien. Y menos en esta etapa de la adolescencia que es como caminar en la cuerda floja. Un reto diario. Solo digo que no me ha bastado con quererlo, sino que a menudo han sido mis competencias y habilidades terapéuticas las que me han permitido, ayudar a mi hija y ayudarme a mi, a gestionar mejor lo que nos estaba pasando. Leyendo y compartiendo mucho, revisándome cada día, he estado atenta a sus vulnerabilidades y, a partir de ahí, he trabajado por fortalecerla en el marco de sus circunstancias y las mías. La crianza ha de ser siempre un acto consciente, desde el dia uno. 

En los últimos meses, varios compañeros de momento adoptivo que comienzan a enfrentarse a los retos que supone la adolescencia de nuestros niños adoptados, me han consultado por las dificultades de gestionar algunas cosas con ellos, les he escuchado y orientado como he considerado mejor, sin hacerlo necesariamente en el contexto de una entrevista terapéutica. Hacerlo me ha hecho consciente de cómo a lo largo de estos años yo he podido mitigar algunas de esas cosas preparando a H. para enfrentarlas ...potenciando que  hablara, pensara y reflexionara sobre si misma, nombrando sus miedos y sus angustias y también a veces los mios, acompañandola en sus duelos, animándola siempre a avanzar, diciendole explicitamente qué creía que nos estaba pasando y cómo ambas podíamos mejorar.

Definitivamente, en la adolescencia la construccion de la identidad, de todos, pero más de nuestros niños adoptados, bien merece que pensemos en ello. Porque hay días que parece una escena más de "un monstruo viene a verme".

Hoy, sin embargo, veo y escucho a H. Sonrío y pienso, un día más lo hemos logrado. Porque así vamos, solo uno a la vez. Confío en que así, cada día, vamos avanzando. Aunque también se que es posible que cualquier cosa genere un tsunami. Por eso no dejo nunca de mirar el horizonte.

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