domingo, 19 de abril de 2015

LIBERTAD


YO TE NOMBRO LIBERTAD. Nací libre. Es un hecho. Condicionada en menor o mayor medida, la verdad es que nunca me he sentido esclavizada por nada. Por eso estoy segura de que, aunque la valoro, no logro dimensionarla realmente porque nunca la he perdido. Es así, la noche magnifica el día. La enfermedad, a la salud. Y de haberme sentido presa, valoraría muchisimo más la libertad de la que disfruto y siento haber disfrutado siempre. Y que dure.


LIBERTAD DE PENSAMIENTO. Crítica, solidaria e incisiva; la segunda evocación que hago de la palabra Libertad es ella. Compañera de Mafalda, pequeña y aparentemente simple, es incendiaria en sus planteamientos sociales, menos existencial aunque quizás más utópica. Representa la opción, siempre bondadosa, de tener a alguien con quien conversar. 

Pero en estos días la LIBERTAD de mis pensamientos es otra.

A Libertad la conocimos de nombre el año pasado. "Mamá ha venido una niña nueva a nuestra clase. Se llama ...Libertad". Que bonito pensé evocando las dos cosas anteriores, pero lo cierto es que la realidad no es tan bonita.

Libertad estuvo en la clase sólo un mes y luego se fue.

Este año volvió y sigue allí junto a ellos...o más bien. Sobrevive.

H. es un libro abierto y cuenta todo lo que pasa en el cole...así llevo semanas escuchándola hablar de lo que ella piensa, de lo que todo el grupo piensa...reeducando el enfoque, los pensamientos, las razones y las opciones. Y qué difícil es y que triste...

"Mamá...Libertad...

... no huele bien.
...lleva la ropa rota y sucia.
...no tiene padre, ni madre.
...nadie quiere jugar con ella.
...todos se burlan..
...tiene tetas porque es mayor.
...y por supuesto L. ha suspendido.
...va a repetir"

Y me duele, me duele esa niña  que seguramente es inocente de todo y sin embargo paga tan duramente las consecuencias.

Y con cada información una reflexión, una necesidad inmensamente mía de que mi hija sea capaz de ponerse en la piel de esa niña y defenderla. Entenderla. Ayudarla. Acompañarla. 

En las últimas semanas, L. ha ido al comedor el único día que va mi hija. El viernes pasado me contaba todo lo que estuvo hablando con Libertad...La tristeza de la niña "No traigo ningún pastel para celebrar mi cumpleaños porque a los niños les dará asco comerlo" ...y las palabras de mi hija para darle consuelo y ánimo, a pesar de no manejar aún del todo bien, el acto de defenderla en público.

Pero mis palabras de estos meses han ido calando poco a poco. Son aún insuficientes para cambiar su realidad, pero sé que a través de las palabras de mi hija le ofrecen la sensación de que no está tan sola. Para ayudarla a defenderse de esos que la juzgan (siendo la mayoría muy majos) porque desconocen la vida que ha tenido que vivir y sólo saben de las bonanzas de la vida propia.

Cuantas ganas de hacerles leer este texto inolvidable y contundente...

Ánimo, Libertad.  No estas sola.


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