Pero ayer acabó Febrero, y ha sido agotador..
Emocionario es un libro que recomendé hace algún tiempo, al igual que todos los de esta editorial. Ahora lo retomo porque tengo la sensación de haber sentido tanto este mes, tanto y de tan distintos modos...que he querido buscar una guía que me ayudara a deshacer esta confusa mezcla.
En el vaivén que supone siempre el sentir, mi corazón este mes ha estado monopolizado por cuatro grandes corazonadas....
Las incómodas (la ira, la irritación, el desaliento...) al ver la ruina en la que se ha convertido el país que me vio nacer, ese país que recuerdo ya lejano, lleno de virtudes y preso de sus defectos. Ese país vivido, añorado, leído y releído estos días a través de los relatos que otros tejen y destejen desde las celdas donde se encuentran o desde el exilio a donde han ido a parar sin pretenderlo, siempre condenados, siempre sin haber cometido delito alguno.
Las que se anuncian venideras (la inseguridad, la confusión, el orgullo, la ternura) con una preadolescente en casa que me iguala y supera en intensidad. Que aunque nunca lo ha sido, ya es menos dócil, ya reclama espacios y derechos a menudo sin haber cumplido con los deberes. No, ya los académicos, sino todos en general. Una preadolescente que me pilla agotada de otras luchas y quizás sin la serenidad necesaria para hacer frente a sus demandas. Una preadolescente que, en su línea, la de todos, cree que el mundo le debe lo que no tiene, pero no siempre está dispuesta al trabajo duro y al esfuerzo para conseguirlo. Han sido días duros pero parece estar reconducido. Después de muchas pruebas, finalmente parece que encontré la tecla para desactivar la bomba antes de que nos explotara en las manos. Entonces llega la paz, la miro, y huidas ya su tensión y la mía, me reafirmo en que tanta intensidad solo es posible desde la "tanta" importancia que tenemos la una para la otra.
Y las mejores (la ternura, el amor, la alegría). Hace veinte días nacieron de un vientre de alquiler, N. y A. las hijas del más especial de mis compañeros de vida. Su paternidad es una muestra más de su valentía. Acompañando todo su proceso he estado, planteándome junto a él y su pareja la enorme, inmensa, inconmensurable complejidad emocional y ética de esta decisión en el marco de su estrecho margen de maniobra. Ver las fotos de las recién llegadas, en medio de las tormentas que vivía desde aquí, ha sido un bálsamo que he agradecido cada noche al irme a dormir. Pensar en todo lo que hemos tenido que andar juntos y separados para llegar a materializar ese momento me hacia tener la serenidad necesaria para creer que las emociones anteriores también se transformarían.
Y en ello hemos estado, emocionandonos... a mares.
Qué recorrido emocional, tan bien expuesto y razonado. ¡Cómo ayuda a entender el fraccionar las cosas, el darles su nombre y apellido¡ Y gracias por traer de nuevo el Emocionario, lo vi la otra vez y me lo anoté pero lo había perdido.
ResponderEliminarItsaso
Sí, las emociones además de sentirlas hay que trabajarlas: reconocerlas, validarlas, entenderlas y transformarlas en otras más o menos constructivas pero distintas...escribirlas también me ayuda en el proceso. Gracias por tus palabras. Desde aquella primera vez que mencioné EMOCIONARIO han editado otros libros, con propuestas interesantes para trabajar en la misma línea así que habrá que echar mano de ellas...Un abrazo
EliminarHe conseguido el libro Gracias
ResponderEliminarItsaso