miércoles, 12 de marzo de 2014

12 DE MARZO

Hace diez años, dije que sí y un día como hoy me fui a Madrid, al IFEMA, como parte de uno de los Equipos Psicosociales de Respuesta en Intervenciones de Emergencia que tiene la organización en la que trabajo. 


Madrid, toda España, estaba conmocionada por los atentados del 11-M. Recuerdo el silencio de los viajes que hicimos de ida y vuelta. Silencio en medio de tanto ruido. Recuerdo la mente puesta en una sola cosa, acompañar a las víctimas y a sus familiares en esos momentos de desconcierto, negación y desazón. Y cuidarnos unos a otros del desamparo emocional que una experiencia así te provoca. Pasamos allí 3-4 días en medio de los cuales cambió el rumbo de muchas cosas y la vida de mucha gente.

No guardo un recuerdo doloroso de la experiencia, de haber estado fuera quizás serían peores, pero me toco estar dentro y pensar en el dolor de los demás para hacer el mío poco significativo. El recuerdo más claro que tengo de aquellos días es lo que pasó cuando la intervención acabó. Llegué a casa, donde entonces vivía sola y a los pocos minutos sonó el teléfono. ¿Cómo estás? Bien, respondí. Y empecé a llorar todo lo que no había llorado. Supongo que hay algún momento en el que también sabes que te toca a tí expresar tu dolor. Aprendimos mucho entonces y en las pequeñas intervenciones que vinieron después.

Hace unos meses, tras el accidente de tren de Santiago de Compostela, re-descubrí la tristeza de entonces. Y lloré mucho, a deshora, por cualquier cosa que me lo nombrara. Y fuí consciente de mi cobardía, de la incapacidad que sentía de exponerme otra vez al horror de tantas muertes. Me sentí muy frágil, yo que siempre me he sabido fuerte.

El lunes en la noche al ver los titulares de lo que sería la prensa del día siguiente pensé en lo duro que iba a ser volver a escuchar mil veces el relato de aquellas horas. Preparemonos para lo peor, pensé.

Pero no. No ha sido así. O. que estuvo conmigo en Madrid me escribió un mensaje en nuestro amanecer: "10 años después algún recuerdo triste tendremos ...pero creo que volvería a hacerlo si contara con compañeras como tu, como las demás. Gracias por ayudarme a tener recuerdos positivos y tejer una red de sostén que ha pervivido todos estos años" ....y donde esperaba una lágrima, me sacó una sonrisa. Ciertamente con ella, con ellas, volvería a hacerlo sintiéndome segura emocionalmente. Y en eso, se va la vida en estas intervenciones.

Ella me habló entonces de Vera, de sus ojos. Anoche lo ví. Y sí, es difícil sobrevivir en todos los matices y todas las consecuencias, pero la vida continua...con esa sonrisa, esas dudas, esa voz rota y quebrada de cada uno de los protagonistas entrevistados. Rescatando la experiencia emocional vista en perspectiva y sacando los aprendizajes.

Estamos vivos y es nuestra obligación seguir adelante. Trabajar con los recuerdos, no con el olvido, rescantando el valor de lo vivido.

Gracias chicas, gracias O. Porque hay cosas que nos cambian y algunas, nos hacen mejores.


4 comentarios:

  1. Yo aprendí al lado de una persona que perdió a su hija que haber vivido grandes dolores no nos inmuniza frente a los que vienen después, más pequeños: al revés, nos sensibiliza, y todos los que vivimos después nos llevan otra vez a aquel dolor grande...

    Yo también viví el 11-M, y el 12, desde otro lugar, desde un medio de comunicación empeñado a sacar a la luz la verdad que querían hurtarnos, a contrareloj, en contra de muchos. Y a pesar del dolor, que fue mucho, tengo un buen recuerdo, el recuerdo de haber sido útil.

    http://madredemarte.wordpress.com/

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    1. Supongo que es la sensación de haber sido útiles, en la medida de nuestras posibilidades y circunstancias, la que nos ayuda a recorrer la memoria con cierta tranquilidad. Y sí, contrario a toda lógica los grandes dolores nos hacen más fuertes pero también más sensibles...

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  2. Bravo Montse por la expresion, bravo por la reconstruccion, siempre has sido grande. Sigue escribiendo para enseñarnos a otros la sencillez de las cosas complicada.
    Gracias por compartir. O

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    1. Agradecidas, sí. Agraciadas, también. Que buenos son los buenos equipos :-)

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