Hace unos días en mi muro de facebook encontré esta canción. Al leer el título, recordé que la conocía y pensé con nostalgia, qué propicia!...
Hoy, hace veintiún años que aterricé en esta tierra, en esta ciudad, en esta vida. Y yo, que soy una mujer de aniversarios y rituales, no puedo más que conmemorarla, incluso más, celebrarla porque me agrada la vida que ha sido. Tengo inevitablemente presente la fecha como una medida del tiempo que se ratifica, porque el azar o el inconsciente hicieron que también hoy, la bella H. celebre su cumpleaños. Así que estamos celebrando ambas, este aniversario cargado de sonrisas.
Desde entonces he estado pensando en lo vivido. En cuánto y cuan intenso es. Y también he estado pensando, más bien imaginando, lo no vivido. Cómo hubiera sido mi vida de no haberme decidido a cruzar el Atlántico. Fantaseando con las bondades y desgracias de tal decisión, con la persona que era y con aquella en la que me he convertido.
Y también, ya puestos, en estos tiempos de incertidumbres, fantaseo con la vida que nos queda por vivir.
Pienso en los personajes de estos veintiún años porque yo no sé ser, si no soy con otros, más bien, en relación a otros. Así pienso en la migración familiar tan poco prevista y tan certera, tan conveniente. Pienso en los compañeros de camino, tantos y tantas. Pienso en los que han sido mucho más que eso. En todas mis nostalgias, mis viajes de ida y vuelta, físicos y emocionales. En la breve estancia fuera de esta tierra. Y en el hogar ancestral en el que soñamos con refugiarnos para aplacar el miedo.
Pienso en los tantos años más que nos quedan, sean pocos o muchos, y en la calidad que tendrán. Vislumbro la incertidumbre y como con tantas otras cosas, habrá que respirar profundo, confiar, avanzar...primero los veintidós, luego los veintitrés y así quien sabe, llegaremos a viejos con la certeza que hoy nos ronda de una vida que ha sido muy buena con nosotros.
Sí, me gusta conmemorarlo y celebrarlo. Esas rupturas vitales, esas puertas que se cierran mientras otras se abren, y todo lo que permanece aún después, merece ser tenido muy en cuenta.
Gracias vida, gracias amigos, familia y amores. Gracias hija.
Este blog es un regalo. Yo quería tenerlo y alguien que me quiere me lo regaló. Yo quería que mi casa tuviera ventanas y puertas y él me regaló una casa entera. El lo llenó de sol y yo de otoño. Todo tiene su momento. Este es el mío. No tiene un tema, solo tiene un fin aunque todavía no sé cuál es. Está aquí, es mi regalo. Cuidaré de él.
Felicidades dobles!!! y gracias por compartirlas con quienes os queremos.
ResponderEliminarUn abrazo de taza de chocolate a la taza con canela que estamos desayunando ahora mismito.
Roser
Buen provecho familia...los desayunos de fin de semana siempre me parecen una delicia :-)...Nosotros empezamos con una minitarta de nata y fresa para apagar las nueve velas (que casi no nos caben). Esas sonrisas mañaneras son inolvidables y te dan fuerza para lidiar con todo...
EliminarFelicidades a ambas, en especial a la bella H... Aun te extraño, pero te extraño alegre porque se que estan bien, aqui nos quedamos, o nos hemos ido un poco con ustedes... no se. Por aqui empanadas elaboradas por mi, frente a un hermoso mar, azul como el cielo y como este atlántico que nos separa físicamente... felicidades
ResponderEliminarYo no tengo mar que no me recuerde nuestros mares y a nosotras. Gracias porque seguimos estando ;-)
EliminarEs un placer leerte y felicidades.
ResponderEliminar...y sentir que a uno lo leen y le desean cosas buenas, es el doble de placentero ;-). Gracias!
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